Cuando leo un manuscrito como agente literario  para valorarlo hay varias cuestiones que tengo en cuenta para detectar  si  el  relato tiene la suficiente calidad como para la agencia lo represente o si por el contrario es mediocre. Una cuestión básica es que el relato esté bien articulado y sea eficaz. Para conseguir esto,  todo lo que se narra debe tener sentido en la totalidad de la obra, no debe de sobrar nada,  y no tiene que haber aspectos imprecisos. Silvia Adela Kohan, en su libro Cómo lo reeescribo, explica de manera muy clara las cuestiones que llevan a un relato a considerarse mediocre:

  1. Que informe más que narre.
  2. Que no haya ningún tipo de transformación desde el principio  hasta el final.
  3. Que no evolucione la historia según avanza la trama.
  4. Que explique lo que  el lector ya conoce porque es como sucede en la realidad: El sol le sacaba la piel y se ponía morena.
  5. Que explique lo que no es necesario  y que por lo tanto sobra.
  6. Que señale referencias poco concretas y ambiguas (En un lugar lejano, en una casa muy grande…)
  7. Uso de un léxico estereotipado, rebuscado o recargado: verificar un hallazgo en lugar de encontrar; hematoma por moretón
  8. Que las frases sean confusas.
  9. Que el conjunto no tenga coherencia.

Los flecos y las imprecisiones provocan desajustes en el relato que termina resultando mediocre. Para evitar estos errores, reescribir y  revisar son etapas clave antes de dar por terminado tu libro. Así pues, cuando empieces a reescribir  tu relato ten en cuenta que tendrás que cortar, eliminar, añadir o reducir muchos aspectos de tu libro si hay cosas que te chirrían y te suenen mal. Y si quieres estar seguro de que tanto el fondo como la forma de tu novela funcionan y no resultan mediocres, ten en cuenta que siempre puedes consultar con un  asesor literario que te ayude a mejorar los flecos y los aspectos que no funcionan en tu libro.

 

Imagen: Photo Dollar Club