En el  día a día trabajando con autores en una agencia literaria te das cuenta de que los autores con más posibilidades de publicar  son los que confían en ellos mismos y en su instinto, pero  también son los que aceptan las críticas constructivas para mejorar sus obras. Confianza, humildad y trabajo son cualidades de un buen escritor que debe estar predispuesto a reescribir su obra si es necesario. Porque para entender el proceso de la escritura, el primer borrador no puede ser el definitivo; un escritor que no revisa, corrige y reescribe difícilmente conseguirá publicar su novela.

Como señala Pepe Roma en su libro La trastienda del escritor, la prisa por publicar puede llevar a los autores a saltarse un primer paso muy importante que es el momento en el que el escritor solo escribe para sí mismo sin pensar en publicar. Después tendrá que trabajar su obra, revisarla, pasarla a un asesor literario que le haga  ver los puntos fuertes y los puntos débiles de su obra y luego continuar con la reescritura o volver a empezar si a la obra le falta madurez.

“Empezar a dudar de lo que has escrito al tiempo que mantienes la fe en lo que todavía no has escrito, pero puedes llegar a escribir. Ese es un  paso que no todos logran”. La trastienda del escritor. Pepe Roma

Pepe Roma  también comenta algo cierto y muy interesante: “Las correcciones molestan sobre todo cuando se trata de jóvenes convencidos de que han hecho algo muy excepcional y sienten  una auténtica paranoia ante la idea de que alguien pueda influir en su historia”. La prisa por publicar su libro es uno de los obstáculos con los que se puede encontrar un escritor novel a la hora de aprender. Escribir un libro no te convierte en escritor. Escribir un buen libro, sí. Y en la mayoría de los casos, para conseguir un buen libro antes has tenido que revisar y reescribir mucho.

“Solo en la medida que seas capaz de reconocer que puedes escribir mal, serás capaz de pasar del estadio de wanabe  —del quiero ser— al de “ser” escritor”.  Letters to a fiction writter. David Bradley

No tengas prisa, confía en tu instinto y en lo que te digan los especialistas para mejorar tu libro. El primer borrador de tu manuscrito es solo el esbozo de lo que será la obra final y el escritor tiene que demostrar que es capaz de terminar lo que empezó en su primer manuscrito. No dudes en rescribir, pulir, cortar y eliminar porque la humildad es el rasgo que distingue al buen escritor del soberbio que no confía en nadie y piensa que su obra es perfecta.

 

 

Fuente: La trastienda del escritor. Pepe Roma

Imagen: Photo Dollar Club